Las vacaciones se acercan a pasos agigantados, y con ellas los viajes en autobús, las visitas a los amigos que están lejos, los viajes para volver a casa, ver a la familia… ¡Qué os vamos a contar, todas esas cosas con las que llevamos todo el año soñando!

Los viajes nos llenan de vida, nos hacen crecer como persona, nos permiten vivir momentos inolvidables… Pero también requieren pasar por algo que a menudo no nos resulta tan placentero: Hacer la maleta.

No obstante, siguiendo los consejos básicos que os damos a continuación y con la ilusión que tenemos acumulada por vivir una nueva aventura, hacer el equipaje será coser y cantar.

1. Elabora una lista

Para que no se nos olvide nada y seamos más efectivos haciendo nuestra maleta podemos empezar por hacer una lista. En ella deberemos añadir todo lo que necesitaremos de verdad, a la vez que meditaremos sobre si realmente utilizaremos todo lo que estamos apuntando o hay ciertas cosas de las que podemos prescindir. Por ejemplo, un fallo es llevarnos más libros de los que realmente luego tendremos tiempo de leer, especialmente si vamos a hacer turismo.

En esta lista podemos apuntar lo imprescindible y en otro apartado aquellas cosas que nos llevaríamos en el caso de tener sitio de sobra. Seguramente al final te des cuenta de que este segundo apartado está repleto de cosas que realmente no necesitas.

2. Tipo de equipaje

Elegir entre una mochila o una maleta más o menos grande dependerá de factores como el tiempo que vayamos a estar de viaje, el tipo de viaje, el medio de transporte elegido, las limitaciones del mismo y con qué tipo nos sentimos más cómodos.

Si viajamos en avión siempre deberemos estar pendientes de las limitaciones de tamaño y peso de la compañía aérea, tanto para el equipaje de mano, como el facturado. Pasarse de estos límites supondrá un buen pellizco del presupuesto que tenemos para disfrutar de las vacaciones.

En cambio, el autobús tiene la gran ventaja de no tener esta limitación de peso tan marcada, por lo que podremos ir más relajados sin preocuparnos de si nuestro equipaje pesa más o menos, o si estudiamos fuera y queremos llevar toda la ropa que hemos utilizado a lo largo de todo el año en nuestro piso de alquiler o residencia.

3. Mejor enrollar que doblar

Está demostrado que si enrollamos la ropa ahorraremos más sitio que si la doblamos de forma convencional. No obstante, esto dependerá del tamaño de la ropa. Lo mejor es ir probando ambas formas y ver qué ropa nos interesa doblar y cual enrollar.4.

4. No dejes espacios sin uso

Además de aprovechar todos los bolsillos y rincones de la maleta, no podemos olvidarnos, por ejemplo, de ese hueco que queda entre las zapatillas y dentro de ellas. Aquí podemos meter ropa interior y calcetines, o aquello que no nos cabía en la bolsa de aseo.

5. Bolsas herméticas

Este tipo de bolsas no sólo son perfectas para meter los líquidos, pasar los controles de seguridad e impedir que el champú o la colonia impregne toda nuestra ropa. Las bolsas herméticas también nos serán muy útiles para meter la ropa sucia sin que el mal olor afecta al resto de equipaje, además, nos permiten tener todo más ordenado, dado que podemos separar la ropa interior, los complementos más pequeños, las zapatillas…

6. Llegó la hora del neceser

El neceser puede ser el elemento que más quebraderos de cabeza nos traiga, especialmente si viajamos en avisón. En este caso debemos recordar que cualquier líquido deberá estar dentro de un recipiente que no supere los 100 ml y a su vez todos ellos tendrán que estar dentro de una bolsa de plástico hermética de no más de 20×20 cm que deberemos sacar de la maleta para pasar el control.

7. Revisa la documentación

Si pensamos viajar, es fundamental verificar con suficientes semanas de antelación que tenemos en orden toda la documentación que necesitamos. Además de comprobar los vencimientos de DNI, pasaporte y tarjetas de crédito, podemos hacer una copia digital de estos documentos y enviárnosla por correo o subirla a la nube para poder usarlos en caso de perder los originales.