Las incógnitas sin resolver hacen que hablar del futuro sea siempre un poco abstracto. Sin embargo, si tenemos en cuenta el camino por el que avanzan los medios de transporte con el paso de los años, y las tecnologías que cada temporada nos sorprenden con algo nuevo y diferente, nos permiten estipular sobre cómo serán los autobuses del futuro y cómo cambiaran los servicios de este medio de transporte con tantos años de recorrido y a la vez tan bien adaptado a nuestra época.

Autobuses para reducir la contaminación del aire

En STG Bus, como empresa de alquiler de autobús en Granada, somos muy conscientes de la necesidad de limitar la contaminación y el uso de vehículos privados en todo el mundo. Pero en especial en las grandes ciudades, en las que los niveles de contaminación del aire están superando los límites permitidos. De ahí que apostemos por autobuses del futuro cada vez menos contaminantes y respetuosos con el medio ambiente.

En este sentido, los medios de transporte han evolucionado exponencialmente en las últimas décadas. Sin embargo, la movilidad en las ciudades no ha variado mucho respecto a hace 40 años. Ya que los vehículos privados siguen siendo el vehículo más utilizado y los atascos continúan siendo escenario diario de miles de personas.

Avances para impedir atascos

Para 2050, se espera que los habitantes de grandes ciudades pasen más de cien horas al año atrapadas en atascos, más que el doble que ahora. Esto contribuye a que sea aún más necesario desarrollar políticas que permitan mejorar la movilidad urbana a nivel global. En este sentido, la Unión Europea pretende alcanzar una logística urbana sin emisiones para el año 2030, para lo que se tiende hacia “nuevos modelos de gestión del transporte que se basan en la demanda. Esto quiere decir que los autobuses no pasarán a unas horas determinadas, sino cuando haya gente esperando en las paradas.

A estos cambios se sumarían sistemas de transporte inteligentes que abarcarían sistemas de gestión del tráfico y soluciones inteligentes de movilidad para monitorizar el tráfico, optimizar la señalización y regular el flujo de vehículos; sistemas de cobro inteligente de peajes, que hagan posible que los conductores realicen el pago sin necesidad de detenerse; y otros sistemas de transporte inteligente, como los utilizados para monitorizar el tráfico de los vehículos comerciales o gestionar las operaciones de transporte.

Pero implantar estas herramientas conlleva otros retos, como el de carácter normativo o el relativo a la seguridad.

Autobuses autónomos

Otro característica de los autobuses del futuro es que no necesitarán conductor. Es decir, serán vehículos autónomos. Como ya se ha podido ver en algunas partes del mundo, existen vehículos automizados que prestan el servicio de transporte a sus usuarios sin la necesidad de conductor. Aunque el campo del vehículo autónomo ocupa una gran dedicación por parte de empresas públicas y privadas de todo el mundo. Y se prevé que la llegada e implantación de estos medios de transporte se sitúe entre 2025 y 2030.

Mucho antes empezarán a circular los vehículos automatizados, que al igual que los autónomos no requieren conductor, pero sí una infraestructura específica.

Estos autobuses y vehículos automizados interactúan con las infraestructuras para recorrer las vías sin problemas. En la UE miles de europeos ya han podido desplazarse en autobuses sin conductor. Mientras que en Estados Unidos apuestan también por los taxis sin conductor, aunque tanto en una parte del mundo, como en la otra, se está a la espera de que la legislación de cada país permita su activación y existan empresas interesadas en adoptarlos.

El cruce entre autobús y tranvía

En China se empezó a desarrollar otro de los autobuses del futuro. En este caso un híbrido entre el autobús y el tranvía que prometía contar con más de mil plazas y pasar por encima de los coches. Este vehículo que evitaría los atascos, se deslizaría por unos raíles fijos adheridos a la carretera por los que podrá circular a unos 60 km/h sobre la ciudad. Aunque finalmente este proyecto no salió a la luz y acabó con 32 detenidos por supuesta financiación fraudulenta.